En un análisis sobre todas las acciones que durante su corta
vida realizo Jesús en tan solo sus 33 años de vida para dar a conocer sus
creencias, ideas y proyecto de mejor vida para la humanidad, me sobrecoge un
sentimiento de admiración ante ese increíble hacia su trabajo, cuyos efectos
repercuten positivamente hoy día mas de
dos mil años después.
Las creencias e ideas de Jesús, que obviamente era una
persona "distinta y totalmente fuera de su tiempo", crearon
seguidores a lo largo de su recorrido por las aldeas; su poder de
convencimiento ante la gente cuando explicaba sobre sus innovistas propuestas y daba demostraciones de una vida mejor, toco
muchos corazones. Sin embargo, a la misma vez, atrajo un ejercito de oponentes
y enemigos que no solo carecían de las buenas ideas que Jesús predicaba con
desprendimiento ante la multitud, sino que, se "apandilleraron" para
hablar y obrar en zapa contra Jesús hasta llevarlo a su muerte en la cruz en aquellos tiempos.
Antes y durante el trayecto a la cruxifición, Jesús
reconoció tristemente sobre cada uno de los
bajos instintos y malas virtudes de la gente: los traidores, los envidiosos,
los falsos amigos, los mentiros, los cuentistas, los tramposos, los arrogantes,
los soberbios, los miserables, etc.. toda una pléyade de gente con sentimientos
insanos. Gente de pobre alma
que no supieron reconocer al hijo de Dios a tiempo! Pero Jesús que siempre tuvo
su morada en el altísimo, al momento de reconocerlos los perdono.
Quizás, el escritor Miguel de Cervantes pudo haber tenido
inspiración en la corta vida de Jesús cuando escribió en su famoso libro “El
ingenioso Don Quijote de la Mancha” una de las respuestas más mencionadas de la
obra en el personaje de “Sancho Panza” …." nos ladran los perros...no
te preocupes Sancho.. es señal de que estamos avanzando".
Muchas veces percibimos lo mismo que Jesús previo a la cruxifición (porque de acuerdo a la Biblia estamos
hechos a imagen y semejanza de el) y nos pueden surgir sentimientos de "paralización" o "no hacer
nada" cuando encontramos mentalidades en estado involutivo y rezagado
en el tiempo, que prefieren ser piedra de un museo en proyecto, que una gota de
agua en un jardín.
La sabia virtud de reconocer
dentro de nosotros "el cristo propio", esa voz-conciencia interior que siempre nos "habla", la valoracion del tiempo, porque vivimos en este cuerpo materia por un periodo especifico y los asumir los retos diarios en nuestra era, deben
convertirse en palancas de impulso para continuar promoviendo y
haciendo el bien, porque a través del
tiempo las buenas obras, como las virtudes, perduran...
(Con autorización a compartir y/o reproducir)
1 comentario:
Exelente reflexion...sin desperdicios. Gracias Yunis.
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