Por Miguel Collado, Articulísta invitado
“Los infundios son infundios y la verdad es la verdad, y la verdad queda fija e inconmovible, entera y pura, cuando el viento de los años, pasando
por entre los infundios, los va haciendo polvo”. Juan Bosch
La calumnia, como el chisme y el infundio, siempre ha sido –y tal parece que seguirá siendo- el arma favorita de los mezquinos, de los pobres de espíritu.
Y es que en la mente de los calumniadores habitan monstruos y fantasmas, demonios peligrosos que no pueden controlar. Viven en constante agonía, asaltados por la envidia y la desesperación; atrapados en su mediocridad y en su pobreza espiritual.
!Qué penosa es la existencia de los que, a fuerza de calumnias, infundios y mentiras -y de querer dañar reputaciones de personas cuyas vidas desconocen- aspiran a ocupar espacios que no merecen!
!Qué venenoso es el dardo de los calumniadores! No existe escudo alguno –ni el de Perseo contra Medusa- que lo resista. Destruyen, son Atilas implacables, mensajeros de la incertidumbre, del desasosiego y de la desarmonía.
El hombre moderno –no el de las cavernas- ha creado la demanda por difamación e injuria, pero la calumnia deja huellas desastrosas que ningún tribunal puede condenar al destierro. Es una maldición que persigue al calumniado hasta el final de los tiempos. Ya lo dijo el filósofo francés Denis Diderot con palabras mucho más sabias:
“La calumnia desaparece cuando muere el hombre oscuro; pero se mantiene firme junto a la tumba del hombre grande, y aun al cabo de siglos, se la ve ocupada en remover sus cenizas con un puñal”.
Es por eso que no existe peor castigo que el ser calumniado ni crimen más horrendo que el calumniar conscientemente y animado por el enfermizo deseo -?envidia quizá?- de derrumbar cimas inalcanzables, de empañar virtudes que nunca adornarán la personalidad del calumniador.
!Qué triste, solitario y oscuro deberá ser el mundo interior de los calumniadores! !Qué Dios se apiada de ellos!
***********
Miguel Collado es un escritor dominicano que dirige la Editorial CEDIBIL de la República Dominicana y ha sido columnísta de varios medios en su país. Es nuestro articulísta invitado de Mundiacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario