Cada 21 de enero en la República Dominicana se
conmemora con fervor religioso el DIA de la VIRGEN DE LA ALTAGRACIA,
considerada la "Madre Protectora" del pueblo dominicano.
Culturalmente
hablando no existe otro motivo religioso y espiritual tan importante y que
mueva masivamente al pueblo como celebrar el "Día de la altagracia".
Atrae también peregrinos de otros países. Pero muchos no saben que su imagen
también representa la familia, que es lo mas importante y trascendental de toda
sociedad y a la que todos estamos obligados a proteger
Aunque
su veneración origina en 1502 la imagen es llevada a una parroquia en la Villa
de Salvaleón de Higüey, bajo las órdenes del obispo de Santo Domingo, García
Padilla, ya que en esa época habían llegado a Higüey los hermanos Trejo: Alonso
y Antonio, quienes habrían traído la imagen de la Virgen de la Altagracia al
país; estos provenían de Plasencia, localidad de la Comunidad Autónoma
Extremadura, España; fue en Extremadura en la localidad de Siruela donde la
Virgen María se le apareció a un agricultor sobre un árbol -de ahí su nombre-
la más Alta Gracia venida de los cielos.
Desde
esa era la a VIRGEN DE LA ALTAGRACIA de la Altagracia se ha convertido en el
mayor símbolo espiritual con la mayor devoción en la República Dominicana, a
diferencia de otras imágenes, la de la VIRGEN DE LA ALTAGRACIA no es sola, sino
que tiene a un niño delante y un hombre
en su espalda, por lo que se ha dicho que es la IMAGEN DE LA FAMILIA.
Descripción
de los Símbolos de la “ALTAGRACIA”
La
imagen de Nuestra Señora de la Altagracia representa la escena del Nacimiento
de Jesús en el Pesebre de Belén, donde se destaca la maternidad de la Virgen.
En el cuadro se encuentra la Estrella de Belén, la cual tiene ocho puntas y
simboliza el cielo y tiene dos rayos extendiéndose hacia el pesebre, en el cual
Dios está bendiciendo a su hijo Jesús. Por encima de la Virgen hay doce estrellas,
la cual representan las tribus de Israel y, a la vez, los 12 Apóstoles de
Jesús. Alrededor de María hay un resplandor, el cual puede ser encontrado con
más detalle en Apocalipsis 12:1.
La
Altagracia lleva una corona en su cabeza por ser la Reina del Cielo, y un velo
sobre la cabeza porque está casada con José. Está vestida de rojo, blanco y
azul, el rojo, según los expertos, lo lleva porque es un ser humano pulcro, el
blanco por ser una mujer sin pecado concebido y el manto azul porque "el
poder del Altísimo vendrá sobre ti" y porque ella es la reina de los
cielos. Delante de la Madre se encuentra el Niño Jesús, desnudo, dormido sobre
pajas y bien detrás está San José, vestido con una capa roja y una vela en su
mano izquierda.
Llama
la atención la figura de María en actitud de adoración, con sus manos unidas en
forma de arco. Sobre su pecho se distingue una especie de rayo blanco en forma
de triángulo expresión del nacimiento virginal de Jesús que sube desde el
pesebre donde duerme el niño hasta casi los hombros de la Madre.
El
rostro de María se muestra sereno, con los ojos bajos, sin indicar ni seriedad
ni tristeza, sino más bien alegría y paz, en una actitud de meditación. Su
cabeza está cubierta con un velo azul oscuro que le llega hasta los hombros y
con una corona de perlas, símbolo de su condición de reina, por ser la Madre
del Rey y alrededor doce estrellas, que representan a la Iglesia católica,
fundada sobre los Doce Apóstoles. Detrás se destaca una gran estrella, la misma
que acompañó a los Magos, para darles a conocer al Salvador. Su manto está
salpicado de dieciséis pequeñas estrellas. Detrás hay una columna, que
significa que la cueva o pesebre del nacimiento es un templo porque allí habita
Dios mismo, el niño Jesús.
DOS
PAPAS LA HAN CORONADO
En
el siglo XX, Nuestra Señora de la Altagracia fue coronada dos veces: por el
papa Pío XI y por el papa Juan Pablo II.
Su primera coronación fue el 15 de agosto de 1922, cuando el pontífice Pío XI
se encontraba en la República Dominicana. En 1924 el Congreso decretó la
celebración de Nuestra Señora de la Altagracia como fiesta nacional el día 31
de enero. El 31 de octubre de 1927, el papa Pío XI la declaró festividad de la
Iglesia, a través de un breve apostólico.
Durante
la primera visita del papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1979 bendijo el
Santuario de la Altagracia (hoy Basílica de Higüey) y el 12 de octubre de 1992
en su segunda visita al país, Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de
la Virgen de la Altagracia con una diadema de plata sobredorada.
Nuestra
Señora de la Altagracia posee su Basílica en la provincia de Higüey, localizada
en la provincia del mismo nombre, muy visitada por peregrinos y turistas,
especialmente los vacacionistas a Punta Cana.
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